
Como seguro habreís oído, éste pasado mes de abril de 2015, se commemoró el centenario del genocidio del pueblo armenio; una gran mancha negra en la historia de la humanidad, en la qué el imperio otomano acababa con la vida de más de 1.500.000 de ciudadanos armenios entre 1915 y 1923.
Durante este pasado 2015 han sido múltiples y variados los actos y actividades propuestas en recuerdo de tal cruel hecho. Una de dichas actividades fué una exposición de arte para la cuál realizé este cuadro. Una vez se me devolvió el lienzo, decidí que el mejor lugar donde podria estar era en manos de la gente que sinceramente más lo iba a valorar, el pueblo armenio.
Precisamente, el pasado 15 de diciembre, se inauguró en Barcelona la sede de la nueva casa de la Asociación Armenia de Barcelona. Fué un acto íntimo, enriquecedor y emotivo, que giró entorno a la interesante charla-debate «La supervivencia de los armenios en Turquía» conducida por el Sr. Vardges Kamalyan.
En la obra he querido representar uno de los crueles hechos que más me impactaron, los conocidos como «caravanas de la muerte», en donde el pueblo armenio era conducido al desierto, condenándolos a la muerte; en mi obra he mostrado a los hombres, mujeres, ancianos y niños conducidos a tal fatalidad, en representación del conjunto del pueblo armenio. A la vez, también quise representar como el imperio otomano no solo quiso acabar con su gente, sinó que también con toda su cultura, su arquitectura, su religión, …, en definitiva con su pasado, su presente y su futuro.
En el centro, destaca la mirada de la chica, la única que se gira para mostrarnos el verdadero rostro de la impotencia, el miedo y el horror.
Desde aquí quería darle las gracias a Mihran, Datev Soulian, Tatevik, y a toda la gente de la Asociación Armenia de Barcelona, por abrirme sus puertas y darme tan buena acogida.
Finalmente puedo decir muy contento que la obra está en su casa, que es donde debe estar.